En el ámbito organizacional, el liderazgo y el coaching es la relación existente entre el líder y el entrenador, donde ambas partes transforman tanto la calidad del trabajo como la de la vida personal.
El coaching y el liderazgo son actividades muy distintas en su naturaleza, el liderazgo es el que transmite de forma efectiva, los objetivos de un equipo de trabajo, además motiva al equipo, lo mueve en dirección a la meta propuesta y maniobra situaciones complejas, teniendo la capacidad de influenciar directamente el resultado de su equipo.
Por su parte, el coaching conserva una relación en el acompañamiento de personas, siendo un proceso en el que no se lidera, ni se guía, ni se decide si tiene que hacerse de manera individual o grupal, sino que se acompaña al individuo a que tome conciencia de sus capacidades y habilidades por sí mismo y además logre los objetivos y metas propuestas, dependiendo en su totalidad de la gestión del individuo (coachee) pues, como ya se mencionó anteriormente, el coach solo acompaña.
Por ejemplo, el vínculo de confianza que se debe generar entre el coach y el coachee puede generarse de la misma manera entre el líder y su equipo, y se considera un elemento fundamental para influenciar a las personas que se lidera.
Adicionalmente, para ejercer un buen liderazgo y gestionar adecuadamente los procesos de coaching de una manera efectiva es clave tener la definición de una meta, en este proceso quien la define es el coachee y en el ambiente laboral de responsabilidad quien la define es el líder, siendo además quien transmite la meta al equipo de una manera clara y con su respectiva validación de coherencia con la misión y visión de la compañía.
En el momento en que existan metas y objetivos claros, es mucho más fácil establecer indicadores que permitan conocer si el equipo se está moviendo en el camino correcto y se tendrá una forma objetiva para medir el rendimiento individual y grupal del equipo de trabajo. Lo anterior, puede facilitar las evaluaciones de desempeño y la toma de acciones de mejora.
Para el desarrollo de un líder, el coaching es fundamental, ya que desde el liderazgo se tiene la oportunidad de dejar huella o valor agregado, donde el líder aprende a pensar y a actuar en grande generando satisfacción, siempre y cuando se lidere desde el ejemplo y se tenga conciencia de que su valor personal genera impacto.
El coaching en un líder genera una fuerte relación entre él y sus trabajadores, ya que por medio del coaching se brinda un acompañamiento en el proceso y se logra una conexión superior con las personas, la conexión deseada laboralmente y un sentido de pertenencia sorprendente.
Se puede concluir que el coaching y el liderazgo presentan una relación estrecha y que se conectan para permitir un mejor resultado de los equipos de trabajo en una organización, ayudando a generar un mejor liderazgo que se basa en la confianza y potenciamiento de las habilidades del equipo.